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lunes, 19 de marzo de 2012

El castillo de Salvatierra


Ruinas del castillo de Salvatierra





   El castillo de Salvatierra está situado en una pequeña elevación que se encuentra al pie del cerro de la Atalaya, dentro del término de Calzada de Calatrava, y prácticamente enfrente del castillo-convento de Calatrava La Nueva, en Aldea del Rey.
   El origen del castillo radica en la anterior existencia de una de las torres de vigilancia que flanqueaban una calzada romana que recorría la comarca, y sobre la que los musulmanes construyeron una fortaleza. Se estima que su primera construcción por los musulmanes data de los años 850-60, y en un principio sirvió para controlarse entre los reinos árabes, aunque su papel más relevante lo adquirió como controlador del paso de Sierra Morena y el Puerto del Muradal, a finales del siglo XII y principios del XIII, cuando el avance cristiano pone en peligro la hegemonía de los musulmanes. De hecho, los acontecimientos más relevantes que atañen al castillo, se producen en la batalla de Alarcos y en la batalla de las Navas de Tolosa.
   Previamente a la batalla de Alarcos (1195), las huestes musulmanas que procedían del norte de Africa y se dirigían al encuentro de los ejércitos cristianos, entablan combate con un destacamento de caballería de la Orden de Calatrava, en la llanura que se extiende alrededor de Salvatierra, aniquilando a la formación cristiana. Y, como consecuencia de la derrota cristiana en Alarcos, cae también la fortaleza de Calatrava, con lo que la Orden de Calatrava pierde su principal posesión. Tras éstas derrotas, el Maestre de la Orden, Don Nuño Perez de Quiñones, autoriza al Comendador Mayor de Castilla, Don Martín Martínez, a intentar la conquista de Salvatierra, para lo que alista 400 caballeros y 600 peones. Las fuerzas calatravas tienen éxito y toman la plaza, aunque las condiciones en las que los musulmanes que ocupan el castillo lo rinden, son algo contradictorias. Algunas crónicas hablan de un asalto puro, otras de sorpresa y otras de defección de un musulmán de la propia fortaleza.

   Es así como, Salvatierra, se convierte en la posición más puntera del avance cristiano dentro del territorio musulmán. Como la Orden ya no dispone de su sede principal, los caballeros calatravos, deciden que la Orden cambiará su nombre por el de Salvatierra, hasta el momento que sea recuperada la casa madre. Los muros de Salvatierra verán varios cambios de maestres hasta la batalla de las Navas de Tolosa.
   Desde el castillo de Salvatierra se producen varias campañas e conquista, cuya misión el la toma de varias plazas que se encuentran al sur de Sierra Morena, como son Martos o Vilches, lo que provoca que los musulmanes reaccionen ante el acoso de los cristianos, que procede de un emplazamiento que se encuentra dentro de su propio territorio, por lo que deciden intentar la conquista del castillo. Un ejército musulmán se dirigió a Salvatierra. La cabeza de éste ejército se encontró, en las proximidades del castillo, con la caballería calatrava, pero el resto de las huestes musulmanas terminaron de llegar, por lo que los calatravos tuvieron que retirarse a la fortaleza. Para intentar el asalto del castillo, son usadas 40 máquinas de guerra, que necesitarán 50 días para desmoronar las defensas cristianas. Finalmente, ante la situación crítica en la que se encuentran, los calatravos solicitan al rey Alfonso VIII el permiso para retirarse de la plaza, permiso que es concedido.
   En el año 1212, los defensores musulmanes del castillo, ven acampar a sus pies los ejércitos cristianos, que se dirigen al encuentro de las tropas musulmanas que se encuentran acampadas al sur de Sierra Morena. En su camino, los cristianos han tomado varias plazas musulmanas, como Malagón o Caracuel, y se aprestan al combate frente a Salvatierra, pero desisten de intentarlo, por las poderosas defensas del castillo y por la cercanía del ejército enemigo, por lo que parten al encuentro de éste ejército.
   El castillo de Salvatierra permanecerá en manos de los musulmanes hasta algún año después de la batalla de las Navas de Tolosa, y lo cierto es que las crónicas difieren en la fecha exacta en la que se produce la toma cristiana de la fortaleza. Las fechas abarcan desde 1213 hasta 1215. La presencia de los musulmanes en el castillo debió de ser de poca importancia, ya que la fortaleza perdió importancia en favor de la nueva sede de la Orden, justo en el cerro de enfrente, hecho que ocurrió en 1215. Fue el gobernador musulmán de Baeza el encargado de rendir la plaza a los cristianos, algo que le acabó costando la vida, además de que los ocupantes del castillo se negaron a rendirse.
   A partir de su entrega a los cristianos, realizaron éstos algún tipo de obra de consolidación en el castillo, aunque al perder su importancia comienza el declive del mismo, hasta su total abandono y ruina total en el que se encuentra en la actualidad.


http://www.campocalatrava.com/salvatierra/salvatierra.html 

http://es.wikipedia.org/wiki/Castillo_de_Salvatierra_(Ciudad_Real) 





Tinker

domingo, 11 de marzo de 2012

Santa Real Hermandad Vieja de Ciudad Real

  
Armas de la Santa Hermandad Vieja de Ciudad Real
  

   La Santa Hermandad Vieja de Ciudad Real, junto con la toledana y la talaverana, se podrían considerar como el primer cuerpo "policial" de Europa, siendo una de las instituciones mas respetadas y temidas de La Mancha. El origen de la Santa Hermandad Vieja está en una asociación gremial de colmeneros de la zona de Toledo y Talavera, que ante una situación de indefensión frente al pillaje y la violiencia que se produce en sus comarcas, deciden unirse para protegerse, pero pronto esta protección se extenderá a otros gremios y ciudadanos, siendo los concejos los que se harán cargo de sufragar los gastos del personal. No pasa mucho tiempo hasta que en la entonces Villa Real se instituya una Hermandad propia de la villa. Las zonas de actuación de las Hermandades estaban circunscritas a los caminos y las zonas de campo, que en el caso de la Hermandad Vieja de Ciudad Real abarcaba los territorios al sur de Tajo, desde los Montes de Toledo hasta Sierra Morena. La misión de éstas Hermandades era vigilar, detener, juzgar y, llegado el caso,ejecutar. 
   Desde un principio, las hermandades recibieron el apoyo de la Corona, y más en el caso de la de Ciudad Real, que se encontraba directamente en la zona de frontera con los musulmanes, y que se encontraba plagada de los llamados "golfines". Los golfines eran toda clase de delincuentes, ladrones, violadores, cuatreros, etc, que aprovechaban que la zona estaba bastante despoblada y que la autoridad brillaba por su ausencia, para cometer sus tropelías. Es por ésto que la Corona favoreció la autoridad de las Hermandades, dotándolas de capacidad jurídica, además de influir en concejos, iglesia, Mesta y hasta órdenes militares, para que cediesen competencias y colaborasen con la misma. Estos derechos acabaron dándole por jurisdicción todo el territorio español, salvo el interior de las ciudades, cuya jurisdicción siguió perteneciendo a los concejos. El Papa Celestino V le concedió el título de Santa, dada la utilidad social de la misma.La propia Santa Hermandad, obligada por su propia necesidad, desarrolló un procedimiento jurídico abreviado, que más tarde serviría de modelo a la Hermandad Nueva creada por los Reyes Católicos.
   El origen histórico de la Santa Hermandad Vieja de Ciudad Real es algo incierto, aunque lo más probable es que ocurriese a mediados del siglo XIII, extendiéndose en el tiempo por unos cinco siglos, hasta su disolución por orden de Isabel II, el 7 de mayo de 1835, pocos años después de ser creada la Guardia Civil, aunque su decadencia comenzó mucho antes, cuando Carlos III promulgó una serie de normas que restringían la acción y las competencias de las Hermandades.
   La Hermandad Vieja de Ciudad Real tuvo como lugar en el que realizar los ajusticiamientos (por ahorcamiento), la cercana pedanía de Peralbillo, hecho que ocurrió hasta 1820, año en el que el cadalso fue trasladado a la "Torre del Cubo", en las inmediaciones del cementerio de Ciudad Real. La cárcel de la Hermandad estuvo en la calle Ruiz Morote, que se siguió usando como tal hasta 1934. En la Hermandad existía una Cofradía encargada de recaudar dinero para el enterramiento de los reos, se ocupaban de la cárcel, etc. Estaba formada por 50 hermanos: cuadrilleros, ballesteros y capitanes, todos ellos gobernados por dos Alcaldes.

jueves, 1 de marzo de 2012

Personajes destacados. DIEGO DE ALMAGRO

Diego de Almagro



  Corre el año 1475 y en la villa de Almagro, en el Campo de Calatrava, nace Don Diego de Almagro, descubridor de Chile y conquistador de Perú junto a Francisco Pizarro.
   Parece ser que Diego de Almagro fue hijo ilegítimo de Juan de Montenegro y de Elvira Gutiérrez. Al no realizarse el matrimonio entre los novios, al nacer el niño es entregado a Sancha López del Peral, que se lo lleva a Aldea del Rey, donde se cría. Con cinco años de edad, Diego va a vivir con su padre, pero éste fallece al poco tiempo, por lo que se hace cargo de él su tío Hernán Gutiérrez. Contándo quince años, y debido a los malos tratos que le dispensa su tío, Diego se fuga de casa, para encaminar sus pasos hacia Andalucía. En su estancia en Sevilla, tiene problemas con la justicia por haber acuchillado a un sirviente, por lo que después de dar algunas vueltas por Andalucía, decide marchar a las Américas.
   El 30 de junio de 1514, Diego de Almagro se enroló en una expedición que Fernando el Católico había encargado a Pedro Arias Dávila, para la conquista de Panamá. Ya en américa, en la ciudad de Santa María la Antigua de Darién (actual Colombia), donde Diego conoció a Francisco Pizarro. Almagro se enroló en varias expediciones entre 1514 y 1515. En noviembre de 1515 intentó su primera acción de conquista, partiendo de Darién, con la intención de fundar la ciudad de Acla, pero problemas de salud le hicieron desistir y tuvo que regresar.
   En una expedición organizada por Gaspar de Espinosa, en la que también participaba Pizarro como capitán, coincidieron con el padre Hernándo de Luque, con el trabaron amistad y que más tarde financiaría sus expediciones, convirtiéndose en su socio. Algo más tarde de esta expedición nacería el hijo de Almagro, Diego de Almagro el Mozo, cuya madre fue una india llamada Ana Martínez.
   Almagro y Pizarro tienen noticias de un reino al sur de Dairén llamado Pirú, famoso por sus riquezas. Organizaron dos expediciones de reconocimiento en 1524-25 y 1526-28, donde descubrieron las enormes riquezas del Imperio Inca. Solicitaron ambos a la Corona, el ser gobernantes de las nuevas tierras, compartiendo el mando, pero les fue denegado. A cambio se le propuso a Pizarro que fuese él el gobernador de la región de Nueva Castilla, aceptando Pizarro al firmar la Capitulación de Toledo en 1529, quedando autorizado a gobernar y beneficiarse de sus riquezas, dejando a Diego de Almagro aparte.

   En 1532, a pesar de los roces entre ambos amigos, Almagro y Pizarro de unen para empezar la conquista del territorio inca, partiendo de la ciudad de Cajamarca, desde donde salen para toma Cuzco en 1533. En este mismo año, Diego parte hacia la costa peruana para tomar posesión de la misma, y donde funda la ciudad de Trujillo.
   Carlos I, concede a Almagro, el título de "Don" y el derecho a tener escudo de armas. También le concede, en 1535, los títulos de gobernador de Nueva Toledo (al sur de Cuzco), y de "Adelantado" de las tierra que hoy pertenecen a territorio chileno. Esta concesión de títulos suponen nuevos roces entre Almagro y Pizarro, pero a pesar de esto se repartieron el tesoro de Atahualpa, lo que hizo de ambos bastante ricos.
   Tras la concesión de la corona de los nuevos territorios, Diego decide emprender los preparativos de una expedición para explorar sus posesiones. Consiguió reclutar 500 soldados españoles, sin el más mínimo problema ya que tenía fama de ser generoso. Además de los españoles, incluyó, unos 100 exclavos negros y unos 1500 yanakunas (palabra quechua que significa servidumbre), para que transportaran el material de la expedición.
   Finalmente, partió la expedición de Cuzco el 3 de julio de 1535, siguiendo la ruta al sur que les llevaría a bordear el lago Titicaca, atravesar territorios de Bolivia y Argentina, para llegar a los Andes, que deberían atravesar para llegar a Chile. Evitaron a toda costa la ruta que les llevaría a entrar en el desierto de Atacama.
   Anteriormente a la expedición de Almagro, había comisionado éste una delegación inca que les siviese de embajada con los caciques indígenas antes de su llegada, pero los enviados incas, por orden del rey Manco Capac II, se dedicaron a recopilar oro en nombre de Almagro, con el objeto de enemistar a indios y españoles.
   Almagro llegó a Tupiza, donde se detuvo para que se reuniese la columna, que se encontraba muy dispersa. Durante esta parada, Diego recibió noticias de que el obispo de Panamá se había trasladado a Perú para dirimir en las disputas entre ambos por el gobierno de Perú. Durante la parada, uno de los embajadores incas huyó con los porteadores, con lo que Almagro  se vio obligado a hacer un reclutamiento forzoso de indígenas, lo que provocó, lógicamente, enfrentamientos con los mismos.
    Finalmente la expedición reanudó la marcha llegando a Chicoana, que era el último acceso para atravesar los Andes. En Chicoana hicieron un alto con el fin de reaprovisionarse. En marzo partieron de nuevo, tomando el camino que les llavaría por la cordillera nevada. El tránsito por este camino fue extremadamente penoso y trágico. La mayor parte de lo yanakunas murieron por el frío intenso, además de algunos esclavos y españoles. Ante la crítica situación, Almagro tomó veinte hombres y tomó la delantera. Tras tres días de viaje continuo, llegaron al valle de Copayapu, donde los pobladores indígenas les facilitaron víveres. Varios días después, el resto de la columna consiguió llegar a Copayapu, donde pararon varios días para recuperar fuerzas.
Escudo de armas de Diego de Almagro, concedido por Carlos I.


   Una vez reiniciada la marcha, la mayor parte de los yanakunas que quedaban, desertó, lo que provocó que Almagro endureciese su actitud, haciendo quemar a varios indios.
   Por el camino, encontró la expedición a dos españoles, que había huido de las fuerzas de Pizarro por  haber tenido problemas con éste, y que se habían internado más allá de los Andes. Teniendo noticias de la llegada de Almagro, habían intercedido por él ante los caciques indígenas. Uno de aquellos españoles era Gonzalo Calvo de Barrientos, que se convirtió en el más fiel colaborador de Almagro.
  La expedición avanzó llegando al valle del Aconcagua, donde fueron bien recibidos por los indígenas. Pero la falta de riquezas de aquellas tierras mermaba el ánimo de los expedicionarios, por lo que Almagro envió una pequeña columna al sur para que explorase la zona, pero lo único que encontraron fue un encontronazo con los indígenas mapuches y una tierra desolada y fría. Por consejo de Alvarado y de Sosa, Alamgro decidió regresar a Cuzco, con la intención de ser nombrado gobernador de Cuzco, para lo cual tomaron el camino que les llevaría por el desierto de Atacama.
   En 1537, llegó la columna, al fin a Cuzco, donde gracias al descontento de la misma con Pizarro, tomó posesión de ella. El rey tomó la decisión de que el Cuzco fuese propiedad de Diego de Almagro. Pero Pizarro no permitiría tal hecho, en contra de los designios de la propia Corona. El 6 de abril de 1538, se produjo la batalla de las Salinas, donde las tropas de Pizarro derrotaron a las huestes almagristas. Tras la batalla, Almagro fue apresado y encarcelado. El 8 de julio de 1538, Diego de Almagro fue ejecutado en la misma cárcel mediante garrote vil y posteriormente decapitado.
   Además de explorar Chile, intervenir en la conquista del imperio Inca y de fundar la ciudad de Trujillo, también fundó la primera ciudad española de Ecuador, San Pedro de Riobamba.
   
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