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lunes, 28 de mayo de 2012

Naturaleza fotográfica de Aldea del Rey http://aldeadelreynatural.blogspot.com.es/


    En esta breve entrada quisiera hacer una recomendación que estoy seguro que me agradeceréis. Se trata del blog de Gustavo Barba, un paisano de Aldea del Rey. De hecho, al blog se circunscribe casi específicamente al área de Aldea del Rey y de la naturaleza que sus tierras albergan. Pero lo mejor del blog es, sin duda, las fotografías que Gustavo tiene el acierto y la capacidad de realizar.



Tinker

domingo, 6 de mayo de 2012

Castillo de Calatrava La Vieja (Qal´at Rabah)

    A orillas del río Guadiana, en el término municipal de Carrión de Calatrava, se encuentran los resto de la antigua villa- fortaleza de Calatrava La Vieja, también conocida como Qal´at Rabah, que en árabe significa "fortaleza de Rabah".
   Aunque existen evidencias de haber estado pòblado el lugar desde la Edad de Bronce (al igual que otros muchos yacimientos de la zona), es innegable que su relevancia histórica proviene de su época musulmana. Durante ésta época, la fortaleza gozó de muchos años de relevancia estratégica, como paso obligado en el camino que unía Toledo y Córdoba, en la margen izquierda del río Uadi-Ana. Se cree que fueron los omeyas, a finales del siglo VIII los que fundaron la ciudad árabe, con una eminente función militar y caravanera, como cruce de caminos en el eje norte-sur y de levante a poniente. La primera reseña histórica del lugar data del año 785.
   En cuanto a lo que a la etimología del nombre de la plaza existe controversia. Por una parte está la teoría de que Rabah hace referencia al posible fundador de la ciudad, Alí ibn Rabah al-Lahmi, discípulo del Profeta. Por otra parte, hay otra teoría que dice que, el sustantivo Rabah, que significa "ganancia", es usado en la antroponimia del sur de la Península, por lo que la traducción podría ser "Castillo de las Ganancias".
   Como decíamos anteriormente, fue durante la dominación omeya, cuando la fortaleza cobró importancia, como consecuencia de la lucha entre los muladíes ( personas convertidas al islam, o producto de un matrimonio mixto) de Toledo y el poder omeya de Córdoba, además de las rebeliones beréberes de los siglos VIII y IX. Pero los continuos envites de los toledanos, que se alzaban una y otra vez, provocó que la plaza se fuese despoblando, sobre todo tras ser arrasada en el año 853. En este mismo año, el nuevo emir Muhammad I de Córdoba emprendió una aceifa (razia) contra los toledanos, reconquistando la abandonada Qal´at Rabah. Al frente del ejército omeya, el emir puso a su hermano Al-Hakam, que ordenó que se reconstruyeran y ampliaran sus defensas, propiciando el regreso de sus antiguos moradores.
   A partir de este momento, Qal´at Rabah se convierte en la principal plaza árabe de la zona, controlando una extensa región, siendo, de hecho, el lugar más poblado entre Córdoba y Toledo hasta principios del siglo XIII.
   Tras el año 1031, en el que el Califato de Córdoba desaparece,  los diversos reinos de taifas en los que se divide(Sevilla, Córdoba y Toledo) el reino andalusí se enfrentan por la posesión de Qal´at Rabah, hasta que finalmente es la taifa cordobesa la que se hace de nuevo con el control de la plaza.
   En el año 1085, el rey castellano Alfonso VI toma la ciudad de Toledo, por lo que Qal´at Rabah se convierte en la línea de defensa más adelantada frente al pujante avance cristiano. Pero sus tiempos como plaza musulmana estaban acabándose, y es así como en el año 1147, la fortaleza pasa a manos cristianas, tras ser conquistada por Alfonso VII, por lo que el rol de la plaza se invierte para convertirse en la fortaleza más avanzada frente al poder almorávide. Dada la importancia estratégica del lugar (que  pertenecía al obispo de Toledo), el rey decidió que su defensa era algo primordial, por lo que decidió que, ante la inexistencia de ejércitos regulares que se ocupasen de su defensa, sería la Orden del Temple la que se ocupase de su defensa a partir del año 1150.
   En el año 1158, ante la supuesta amenaza de un ataque almohade contra Qal´at Rabah (Calatrava para los cristianos), los templarios hacen dejación de sus deberes y renuncian a defender la plaza, devolviéndosela al rey. Este punto acarrea bastante controversia, por lo extraño de que los templarios rehusasen tal tarea. Lo más probable es que la devolución de la fortaleza correspondiese a un pacto entre el temple y el rey castellano, para que la plaza quedase de nuevo en poder de Castilla. Oficialmente, los templarios alegan no disponer de las fuerzas necesarias con las que defender el castillo, por lo que la devuelven a Sancho III.
   Por aquellas fechas, se encontraba en Toledo, Raimundo de Fitero, a la sazón, abad del convento de Fitero. Estaba en compañía de Fray Diego Velázquez, antiguo soldado. Al quedar Calatrava sin defensa ante el presumible ataque musulmán, el rey toma una decisión, por la que cederá la plaza a quien se hiciese cargo de la defensa de la misma. Azuzado por Diego Velázquez, Raimundo de Fítero se ofrece al rey para hacerse cargo de la defensa de la fortaleza ( entre las chanzas y las burlas de los caballeros que en Toledo se habían reunido). Como no se presentaron más ofertas, Sancho III tuvo que cumplir con su promesa, y entregó Calatrava al abad, el día 1 de enero de 1158 en la villa soriana de Almazán. Raimundo trasladó al castillo, a casi todos los monjes y los bienes de su convento. Además de monjes, el abad consiguió reunir a numerosos soldados, que con los que había reunido Diego Velázquez, formaron un ejército de unos 20000 hombres?, lo que disuadió a los almohades de lanzar el ataque contra la fortaleza. Tiempo después, y con el objeto de proseguir con la defensa del lugar, deciden constituirse en Orden militar, que la convertirá en la primera de la Península, adoptando la regla del Císter, con un ordenamiento muy similar a la Orden del Temple, con la que está directamente emparentada, algo que da mucho que pensar.
   En 1195, tras la desastrosa derrota cristiana en la batalla de Alarcos, provocada por la precipitación de Alfonso VIII, Calatrava vuelve a caer en manos de los almohades, obligando a los monjes calatravos a abandonar la fortaleza y otra posesiones de la zona. Tras esta derrota, los calatravos toman por sorpresa el castillo de Salvatierra, y lo convierten en su nueva sede, por lo que la Orden pasa a llamarse de Salvatierra, hasta que recuperen la casa madre. Aquí quedan aislados hasta el año 1211.
   No sería hasta el año 1212, como consecuencia de los movimientos previos a la batalla de las Navas de Tolosa, cuando Alfonso VIII recuperó la fortaleza de Calatrava, además de otras que se encontraban en el camino de Toledo a Andalucía. Tras la victoria cristiana en las Navas, la sede  de la orden es trasladada a su nueva sede en el imponente castillo-convento de Calatrava La Nueva. La antigua sede se encontraba muy deteriorada. Además, las zonas pantanosas cercanas del río Guadiana, hacían del lugar bastante insalubre, por lo que se aceleró el traslado a la nueva sede. La casa matriz de la Orden de Calatrava pasó a ser una encomienda más de la misma. Pero años más tarde la encomienda también fue trasladada a Carrión, lo que unido a la fundación de Villa Real, provocó que el lugar fuese abandonado totalmente, lo que le fue llevando a su estado de ruina que hoy presenta.
   Cuando la fortaleza detentó su máximo esplendor, en la época en que fue reforzada por orden Muhammad I (853), la fortaleza fue dotada de 44 torres, 2 de ellas albarranas (torres que forman parte del recinto aunque separadas de la murallas a la que se unen a través de un arco o pasarela que es destruido en caso de necesidad). También fue dotada de un foso que rodeaba el perímetro, de unos 10 metros de profundidad de media y de unos 750 metros  de longitud. En el lugar se encuentran bien diferenciados la zona de la medina y la zona de la alcazaba. A la medina se accedía a través de un puente. Su extensión era de unas 15 hectáreas en las que se distribuían las zonas de artesanos, las casas, el cementerio, etc.
   La alcazaba, con una superficie de 1 hectárea, se encontraba en la zona oriental del lugar. En ella se encontraban los elementos defensivos más importantes. El acceso a la misma se realizaba por una puerta monumental, aunque en época cristiana cayó en desuso, por ora puerta más pequeña que permitía un mayor control. Cabe destacar el avanzado sistema defensivo hidráulico, con el que fue dotada la plaza por los magníficos ingenieros árabes. Un complicado sistema aportaba suministro de agua a la fortaleza, tanto para consumo como para su uso como elemento defensivo. Mediante canales, el agua era enviada a alta presión al foso para su llenado. Para proteger este suministro de agua, la fortaleza fue dotada de cuatro corachas.











Tinker